
No pretendo más que hacer una reflexión sobre la vida y sobre la paz.
En la paz surge la vida, la coherencia, la salud, el amor.
Y qué es vivir?
Vivir es estar en movimiento, hacia la propia vida, en el ahora.
Vivir es estar en conexión y formar parte. Es integración. No exclusión.
Es latir con la unidad del todo.
Es como cuando una formación de patos en el cielo vuelan todos juntos, en unidad, conectados a una misma conciencia, como un solo cuerpo, una cooperación fascinante, en donde todas las necesidades individuales de cada uno de ellos se solucionan a través del grupo, del mismo conjunto, como si cada uno de ellos fuera parte de ese todo y sintiera y supiera de las necesidades de los demás y automáticamente algo los guiara para su reparación y compensación…
Vivir es podernos sentir en sintonía con el otro, con lo otro, con la tierra, con el mundo, con todo lo demás.
Vivir es es caminar, es sentir, es aprender, es evolucionar, es amar…
Y para “vivir” hemos de realizar un acto de humildad muy grande y necesario que se basa en reconocer de dónde venimos, lo que nos dio la vida, lo que vino antes, lo que nos guía, cuál es nuestro servicio…
Somos un resultado de nuestros ancestros y estamos al servicio de ese clan. Venimos a través de papá y de mamá.
Ellos son los vehículos que nos permitieron tomar forma y aterrizar…
Será necesario mirar todo eso desde la grandeza, desde algo que no podemos entender ni comprender …
Tenemos que hacernos tremendamente humildes para reconocer que no podemos saber, controlar y menos juzgar…
El que está “vivo” es el que puede decir “si” y a todo aquello que ocurrió…
… “El día que pude ‘tomar y reconocer desde lo más profundo’ que era, como cualquier otro/a, una persona corriente, corriente y defectuosa… ese día me sentí libre y mucho más enclavada y unida a la vida”…
Vivir es también sintonizar con lo que nos rodea, es agradecer desde el alma, es confiar…
Confianza y rendición a la vida la realizamos con el hemisferio derecho: con la creatividad, la conexión, la intuición, la entrega… actos que nos permiten avanzar…
También hemos de reconocer lo que pasó antes, ese equipaje, la herencia, para comprender y tomar la misión que nos acerca y nos da sentido a la vida…
Toda misión de vida es acto de amor y sólo a través del amor se alcanza la paz.
Y para alcanzarla, es necesaria una mirada libre de juicio…
Detrás de toda paz hay agradecimiento de todo tal cual es y de todo tal cual fue.
Agradecer se convierte, por tanto, en una decisión en favor de la paz y en consecuencia de nuestro bienestar. Habrá que reconocer que todo lo que ocurre en nuestra vida tiene que ver con nosotros.
La cultura oriental nos enseña e invita a ver diferentes formas y maneras de poder pacificar nuestra mente, nuestro hemisferio izquierdo, razonador, pensante, juzgador…
Hay múltiples maneras de calmar y relajar nuestra mente para permitirnos tomar y disfrutar la VIDA.
Mi propuesta hoy aquí es: ¿Para qué en vez de buscar un lugar especial, fuera de nuestro entorno natural para conseguir esa paz, sinónimo de vida, no estamos atentos a cómo miramos a los demás, a nuestros padres, a nuestros hijos, a nuestra pareja,… en atención plena, libre de juicios, atentos sin más al propio movimiento de la vida, siendo a su vez conscientes de todas esas creencias limitantes que nos impiden disfrutar?…
Creamos minuto a minuto las relaciones igual que un artista modela su figura…
Con nuestra mirada, pensamientos (no hace falta decir nada) y juicios las dirigimos, y es necesario tomar responsabilidad de eso.
Cuando nos relacionamos, transmitimos información que va desde una incondicionalidad, desde la confianza más plena y hermosa, desde el agradecimiento, hasta el rechazo, responsable de nuestra separación con la vida…. Aunque no lo verbalicemos…
¿Podemos reconocerlo?
En definitiva, ¿facilitamos un movimiento hacia la vida o nuestra mirada está en la víctima, en la queja o en el niño que no es capaz de sostener su propia vida y culpa y responsabiliza al otro??
La paz se consigue estando en coherencia con uno mismo y con el mundo, integrándolo todo.
Agradeciendo y siendo feliz con lo que se tiene, tal y como es.
La vida está en el sí, en el agradecer, en el reconocer, en amar….
Amar es tomar sin condiciones, desde la amplitud de la mirada de la vida, desde la humildad…
Amar es vivir en paz.